martes, 15 de julio de 2014

Descubrimiento:Candelabro Paracas

Sociedad Paracas

Paracas fue una importante civilización precolombina del Antiguo Perú, del periodo denominado Formativo SuperiorHorizonte Temprano, que se desarrolló en la península de Paracasprovincia de Piscoregión Ica, entre los años 700 a. C. y 200 d. C. Es contemporánea en parte con la cultura Chavín que se desarrolló en el norte del Perú. Buena parte de la información sobre los paracas proviene de las excavaciones arqueológicas emprendidas en Cerro Colorado («Paracas-Cavernas») y en Warikayan («Paracas-Necrópolis») por el arqueólogo peruano Julio C. Tello y su discípulo Toribio Mejía Xesspe en los años 1920. Actualmente se sabe que lo que Tello denominó como «Paracas-Necrópolis» pertenece a otra tradición cultural, la llamada cultura Topará, cuyo centro estaba ubicado más al norte, en el valle de Chincha.
Los paracas practicaban una textilería de alta calidad, en lana y algodón, así como una cerámica decorada y unacestería muy elaborada. También realizaban trepanaciones craneanas, cuyos fines aún se discuten.
La cultura paracas es la antecesora de la cultura nazca con la que tiene una evidente afinidad cultural; de hecho, para muchos especialistas, la fase final de Paracas es en realidad la fase inicial de la cultura nazca.

Ubicación geográfica

La cultura paracas se desarrolló principalmente entre los ríos Ica y Pisco y en la península de Paracas (Región Ica). En su época de mayor expansión, se extendió por el norte hasta Chincha y por el sur hasta Yauca en la región Arequipa.
Algunos creen que el principal centro de los paracas pudo estar ubicado en Tajahuana, en el valle de Ica, por el sector de Ocucaje. Se trataba de un poblado fortificado elevado sobre la cima de una peña de fácil defensa.

Etimología

Paracas es una voz quechua que significa lluvia de arena (para, lluvia, y aco, arena), y alude a los efectos causados por los vientos huracanados que suelen azotar periódicamente la región, los mismos que arrastran arena y guano de las islas cercanas, y cubren con ella la superficie a modo de una capa blanquecina. Este fenómeno atmosférico ha dado su nombre a la península de Paracas, y por extensión, a la cultura preinca descubierta en esa región.

Yacimientos paracas

  • Chincha: Bodegas, Lurín, Chincha.
  • Pisco: Cerro Colorado, Disco Verde, Cabeza Larga, Chongos, Tambo Colorado.
  • Ica: Teojate, Huamaní, Ocucaje, Callango (Ánimas Altas y Ánimas Bajas), Chiquerillos, Ullujalla, Tomaluz.
  • Palpa: Mollaque, Chichictara.
  • Nasca: Soisongo, Atarco, Trancas, Cahuachi.

Descubrimiento

Julio César Tello, descubridor de la cultura paracas.
La cultura paracas fue descubierta en julio de 1925 por el arqueólogo peruano Julio C. Tello, frente a la bahía de Paracas y al sur de Pisco. En agosto del mismo año, Tello, ayudado por su discípulo Toribio Mejía Xesspe, instaló un campamento arqueológico en el sitio.
El primer cementerio paracas fue hallado por Tello en las colinas de pórfido rojo conocidas como Cerro Colorado. En total halló 39 tumbas en forma de pozo, que él denominó “cavernas”, las cuales contenían fardos funerarios envueltos en finos mantos y rodeados de ceramios, instrumentos de caza, pieles de animales y alimentos.
En 1927, Tello, junto con Mejía Xesspe, descubrió otro cementerio, en Warikayan, muy cerca de Cerro Colorado, al que denominó Paracas-Necrópolis, donde halló 429 cadáveres momificados, envueltos cada uno con varios mantos, algunos de los cuales eran muy espléndidos. Son los célebres mantos paracas, conservados hoy en el MNAAHP.
Además de esos dos cementerios, Tello identificó en la península de Paracas un tercer cementerio, al que denominó Arena Blanca o Cabeza Larga, este último nombre debido a la presencia de cráneos deformados, de forma alargada. Allí, además de tumbas saqueadas, halló restos de viviendas subterráneas.

División según Tello

Tello estudió la forma de enterrar a sus muertos que tenían los paracas y sostuvo que esta cultura pasó por dos épocas bien definidas. Llamó a la primera «Paracas Cavernas»; porque enterraban a sus muertos dentro de tumbas excavadas de manera vertical en el suelo, que se ensanchan antes de alcanzar piso, lo que le da una forma de copa invertida (aunque más que «cavernas» son en realidad pozos). Llamó a la segunda «Paracas Necrópolis»; porque enterraban a los muertos en cementerios rectangulares más sofisticados, que simulan ser «ciudades de muertos» o necrópolis. Esta división de la cultura paracas estuvo en boga durante largas décadas, debido al prestigio de Tello, considerado el «padre de la arqueología peruana», hasta que otros arqueólogos han demostrado que la denominada «Paracas Necrópolis» pertenece en realidad a otra tradición cultural: la cultura Topará.

Paracas Cavernas (700 a. C. - 500 a. C.)

Según Tello, es el periodo más antiguo, vinculado a la influencia chavín, especialmente en la cerámica. De acuerdo a los hallazgos realizados en Cerro Colorado, las tumbas paracas de este periodo fueron cavadas subterráneamente con una forma de copa de champán invertida o botella de cuello alto en una profundidad de más de 6 metros en donde colocaban a sus momias enfardeladas. Estas se encuentran en perfecto estado de conservación, gracias a las condiciones climáticas del desierto. Muchos de los cadáveres muestran prácticas de trepanaciones craneanas.
Los restos arqueológicos encontrados en Cerro Colorado incluyen momias masculinas y femeninas de diferentes edades. Los cuerpos están colocados en posición fetal y envueltos con textiles ordinarios y complejos, de colores brillantes y decorados con figuras de animales, peces, serpientes y formas geométricas.

Paracas Necrópolis (500 a. C. - 200 d. C.

Cráneo deformado expuesto en el Museo Regional de Ica.
El periodo de Paracas-Necrópolis recibió su nombre por el hecho de que sus cementerios, de forma rectangular, descubiertos en Warikayan, estaban divididos en varios compartimientos o cámaras subterráneas, que a Tello le parecieron una «ciudad de los muertos» (necrópolis). Cada cámara grande supuestamente habría sido propiedad de una específica familia o clan, que enterraba a sus antepasados a lo largo de muchas generaciones.
Las tesis de Tello fueron cuestionadas por otros arqueólogos. En primer lugar, Warikayan no parece haber sido unanecrópolis, sino un gran centro poblado, en algunas de cuyas edificaciones fueron depositados más de 400 fardos, hecho que hasta ahora no tiene una explicación satisfactoria. Podría haber sido un sitio considerado sagrado, por la coloración roja de sus cerros y su cercanía al mar, que lo relacionaría con la muerte y la regeneración.5 Y en segundo lugar, las manifestaciones culturales de este yacimiento no pertenecen a la cultura paracas propiamente dicha, sino a otra tradición cultural distinta, que ha sido denominada Topará y que se desarrolló en los valles de Cañete, Topará, Chincha y Pisco, hasta la península de Paracas como límite sur. Es decir, Warikayan se hallaba precisamente en la frontera de ambas culturas. Es probable que la cultura topará se impusiera bruscamente en la región tras una guerra de conquista. La presencia de armas en muchos fardos funerarios, así como la masiva presencia de cráneos rotos y trepanados, serían signos de una época muy violenta.
Cada momia está envuelta en muchas capas de textiles, algunos de los cuales son de extraordinaria calidad. Estos últimos, precisamente, son los que han hecho ganar fama a Paracas, ya que sus mejores ejemplares son muy esplendorosos. Son conocidos mundialmente como los Mantos Paracas.

Arquitectura

Tanto en la península de Paracas como en otros sitios paracas no se han hallado rastros de arquitectura monumental, a excepción del valle bajo de Ica, donde se encuentran dos sitios importantes: Ánimas Altas y Ánimas Bajas.
Ánimas Altas abarca un área de 100 hectáreas y está defendida por una muralla alta hecha con capas de paja y tierra revestida de adobes. Consta de trece estructuras elevadas de similar orientación y patrón arquitectónico. Algunas de sus paredes presentan decoraciones hechas en trazos incisos cuando el barro todavía se hallaba húmedo. Representan a felinos divinizados.
A poca distancia de Ánimas Altas se encuentra Ánimas Bajas, de unas 60 hectáreas de extensión, conformado por siete montículos rectangulares construidos con adobes hechos a mano, en forma de bolas o granos de maíz.

Fardos funerarios

Los entierros de los Paracas seguían sin duda un ceremonial riguroso y prolongado. El cadáver era momificado mediante una técnica muy elaborada cuyos detalles permanecen desconocidos; pero la mayor de las veces se recurría a la momificación natural, librada al medio ambiente. La momia, envuelta en su sudario y en posición fetal, era colocada en un cesto de mimbre conjuntamente con una serie de objetos, lo que nos indica el concepto que los Paracas tenían sobre la vida ultraterrena. Se han hallado prendas de vestir, hondas, tejidos, así como vasijas con granos de maní, mazorcas de maíz, etc. El conjunto era envuelto cuidadosamente por un número no siempre igual de mantos o tejidos de diferente calidad; el paquete así formado se llama fardo funerario. El manto que se halla más cerca cuerpo de la momia suele ser el más fino, bordado con figuras que representan simbólicamente el mundo de la mitología paracas. Los mantos restantes son de menor calidad. Algunos fardos funerarios están envueltos hasta por diez u once mantos, y pertenecen sin duda a los miembros de las clases dominantes.

Textilería

Manto Paracas.
Las tumbas halladas en Cerro Colorado («Paracas Cavernas») constituyen la fuente principal de donde provienen las muestras del arte textil paracas. Están hechos a base de algodón (blanco y pardo oscuro) y de lana de camélidos. A modo de complemento se usaban pelos humanos y fibras vegetales.
Los hilos lo teñían con sustancias de diversos colores. También coloreaban las telas después de su confección. Otra técnica de decoración fue el bordado, aunque esta se realizaría más profusamente y con resultados más espléndidos en Paracas-Necrópolis.
En cuanto a las figuras decorativas, estas representan seres míticos y motivos simbólicos, generalmente en formas geométricas de estilo rígido, pero todo realizado con gran sentido artístico. En especial, una figura se repite constantemente: el denominado Ser Oculado, representado en cuerpo entero o solo su cabeza. Tiene los ojos desorbitados, la boca felina y el cuerpo cubierto de símbolos que a veces se desprenden y cobran vida.
Pero indudablemente los mantos o tejidos más esplendorosos corresponden a Paracas-Necrópolis, aunque esta pertenece en realidad a la cultura Topará.

Cerámica

Tazón estilo Ocucaje.
La cerámica paracas presenta un estilo definido y muy vistoso, que se repite fuera de la península de Paracas, en diversas áreas situadas entre los valles de Chincha, al norte, y el valle del Río Grande (Nazca), al sur. Para el valle de Ica se ha logrado establecer una larga secuencia de cerámica, que se inicia en tiempos anteriores a Paracas y termina ya en los inicios de la cultura Nazca, la cual es conocida como el Estilo Ocucaje, que consta de 10 fases. Cabe destacar que esta secuencia cerámica es la más completa del Formativo Andino.
La cerámica paracas tiene formas muy variadas: ollas, tazas, platos así como botellas y vasijas globulares con doble pico vertical unido por gollete puente. Algunas son de forma escultórica, representando figuras humanas similares a los cuchimilcos de la cultura Chancay.
En cuanto a la técnica decorativa, esta era así: se delimitaban primero las figuras con líneas incisas angulosas, trazadas cuando la arcilla todavía estaba húmeda. Tras la cocción del ceramio se hacía recién el coloreado, para lo cual se usaba pintura resinosa. Los colores usados mayormente eran el negro, el rojo, el verde, el amarillo y el naranja. Las figuras representadas muestran proximidad al arte chavín, en especial la representación de un ser sobrenatural con rasgos de felino, ave y humano, al que se ha denominado el Felino Volador.

Iconografía

Las decoraciones de los cerámicos, textiles y las lagenarias o calabazas pirograbadas presentan una gama de elementos iconográficos. Se repiten constantemente seres mitológicos como el Ser Oculado y el Felino Volador.

Trepanaciones craneanas

Existe constancia de que los paracas practicaron operaciones quirúrgicas, especialmente las llamadas trepanaciones craneanas. Para esta práctica el cirujano paracas usaba fresas de obsidiana, tumis o cuchillos con filo en forma de medialuna (hechos de una mezcla de oro y plata), bisturís y pinzas. También usaban algodón, gasas y vendas. Se perforaba el cráneo con la fresa de obsidiana y se raspaba o excavaba el hueso dañado con el cuchillo, haciendo un movimiento circular que daba forma circular a la abertura. Realizado el tratamiento respectivo, se obturaba la abertura con planchas de oro o de mate (calabaza). Esto permitía que la operación cicatrice sin ningún problema
Se ha discutido mucho las razones que impulsaron a la realización de esta práctica; se cree que fueron hechas con la intención de curar fracturas por hundimiento de las paredes óseas, para el alivio de las cefaleas y el tratamiento de las enfermedades mentales mediante procedimientos mágicos (posiblemente se creía que al abrir el cráneo salían los espíritus causantes del mal).
Muchos cráneos con señales de trepanación indican que las personas sobrevivían a esa práctica, debido a la presencia de callos óseos en la zona operada, los mismos que solo se forman al pasar los años en una persona viva.

viernes, 11 de julio de 2014

Sociedad Chavín


Formativo Medio[editar]

Monolito hallado en una de las plataformas ceremoniales de Kuntur Wasi.
Surge la cultura Cupisnique, en la costa norte, que lleva a la cerámica andina a sus primeras cimas artísticas. De la misma área de influencia es el complejo de Caballo Muerto, en el valle del Moche (La Libertad), siendo su principal monumento la Huaca de los Reyes. También destacan Punkurí y Cerro Blanco, en el valle de Nepeña (Áncash).
Empieza a construirse el santuario de Chavín de Huántar, en la sierra de Áncash, colindando con la ceja de selva (hacia 1200-1000 a.C.). Destacan también los sitios de la costa central, siendo el más importante Garagay (Lima). En Cajamarca se construye el canal de Cumbemayo y surgen los centros ceremoniales de Pacopampa y Kuntur Wasi. En la cuenca de Titicaca se desarrolla laCultura Chiripa.
A partir del 900-800 a.C. se observa en el mundo andino integraciones religiosas y políticas sin precedentes. Los templos locales fueron abandonados y se impuso Chavín de Huántar como centro de culto de prestigio suprarregional. El llamado Templo o Castillo de Chavín se convirtió en centro de peregrinación de todas las culturas andinas (hacia el 800 a. C.). Ha dado su nombre a todo un horizonte cultural (Cultura Chavín) que es bien conocido por sus representaciones artísticas de seres que mezclan atributos de jaguar, serpiente y ave en forma humanizada, comúnmente conocido como el “dios felino”. Representaciones de dicho dios y sus variantes se hallan en diversas esculturas o monolitos chavines: el Lanzón monolítico, la Estela de Raimondi, el Obelisco Tello, la Estela de Yauya y las Cabezas clavas. La influencia de dicho santuario fue tan acentuada a tal punto que el cronista español Vásquez de Espinoza (1630), dos milenios después, escuchó que había sido este un antiguo "santuario de los más famosos de los gentiles".





Caral: la primera civilización de América

Arcaico Temprano

La primera parte del Arcaico, conocido como Arcaico Temprano, se extiende del 8.000 al 3.000 a.C.
Luego del retiro progresivo de los glaciares, los cazadores de camélidos y cérvidos colonizaron las punas y los valles altoandinos. Las condiciones climáticas similares a las actuales aceleraron el proceso de domesticación de las plantas y animales. Aparecen así los primeros horticultores seminómadas, pero sin dejar de lado la caza y la recolección. En la costa, la actividad predominante era la pesca y el marisqueo.
El progresivo descubrimiento de la agricultura permitió una economía cada vez más sedentaria. Las primeras chozas, descubiertas en la costa (Chilca, Paracas), son de material de origen vegetal, posteriormente serán de piedra y barro. Aparecen también los primeros tejidos rudimentarios. Se dan en este contexto los primeros casos de arquitectura ceremonial con carácter monumental, de artes figurativas y de intercambio de productos entre regiones e incluso de zonas más alejadas (conchas Spondylus).
Las evidencias más tempranas de cultivo de plantas en el Perú provienen de los siguientes sitios:
Otros sitios importantes de esta época son los siguientes.
  • Santo Domingo de Paracas, en la península de Paracas, donde se hallaron los restos del primer pescador con red de América, constructor de la aldea más antigua del Perú. Es el primer horticultor de la costa andinoamericana.
  • Telarmachay, abrigo rocoso de la sierra central, en el departamento de Junín, con restos del primer domesticador de camélidos (llamas y alpacas) de América.
  • Tres Ventanas, en la sierra de Huarochirí del departamento de Lima, con vestigios de la domesticación de camote, olluco y calabaza.
  • Chilca (Pueblo 1), en el pampa de Chilca, en la costa central, sur de Lima, con restos de una pequeña aldea con chozas y entierros.
  • Piquimachay (fase Jayhua y Chihua), cerca de Ayacucho, sierra sur, con restos del primer criador de cuyes de América; cultivo de quinua y calabaza.
  • Jayhuamachay II, también cerca de Ayacucho, con evidencias de cultivo de achiote y crianza de camélidos.
  • Cerro Paloma, en el valle de Chilca, en la costa central, sur de Lima, donde se hallaron restos de aldeas superpuestas, así como numerosos entierros humanos.

Arcaico Tardío[editar]

Pirámides en Caral.
El Altar del Fuego Sagrado en Caral.
En la segunda mitad del Arcaico, conocido como Arcaico Tardío y que se extiende de 3.000 a 1.800 a.C. se caracteriza principalmente por la aparición la arquitectura monumental con los primeros centros administrativos-ceremoniales o templos. Aparecen organizaciones más complejas de tipo presuntamente teocrático. Los ciclos agrícolas, dominados por sacerdotes astrónomos, debieron dotar a estos de mucho poder.
En Huaca Prieta, en el valle de Chicama, costa norte en La Libertad, se halló el primer textil precerámico del Perú y de América, así como mates pirograbados.
Los primeros templos surgen en la costa central y nor-central; y en la sierra central. Generalmente son pirámides escalonadas, con plazas circulares hundidas, unas veces adheridas al monumento y otras desligadas de él. Hacia el final del periodo aparecerán las primeras construcciones con planta en forma de U.
Los templos o centros administrativos-ceremoniales relevantes de esta etapa son KotoshEl ÁsperoLa Galgada,BandurriaPunkuríSechín BajoCerro SechínEl Paraíso, y, especialmente, Caral.
Caral, la primera civilización de América
Hacia el 3200 a. C. surge la Civilización Caral en la costa central peruana. Una de sus ciudades más antiguas, Caral, tenía pirámides de piedra, plazas ceremoniales y altares en torno a fuego sagrado, diseños complejos que evidencian un dominio magistral en el uso del espacio. Sus habitantes tocaban música con flautas de dos bocinas.
Desde entonces, a lo largo del territorio peruano se sucedieron una serie de tradiciones culturales que originaron Confederaciones, Reinos e imperios durante casi cuarenta siglos.

Periodo Formativo

Formativo, entre 1800 a. C. y 200 d. C.
Vista del Templo Nuevo o Castillo de Chavín: Pórtico de las Falcónidas
Cabeza clava en su ubicación original, uno de los muros del Templo Nuevo de Chavín.
El periodo Formativo, llamado también Inicial, se subdivide a la vez en tres:
  • Formativo Inferior (1800 - 1500 a.C.)
  • Formativo Medio (1500 - 700 a.C.)
  • Formativo Superior (700 - 200 a.C.)

Formativo Inferior

Convencionalmente, se fija el inicio del Formativo con la aparición de la cerámica, evidencias de la cual se han hallado en los siguientes sitios:
  • Tutishcainyo, en la selva amazónica (Ucayali), hacia 1900 a 1700 a.C.
  • Fase Wairajirca de Kotosh, en la sierra (Huánuco), hacia 1850 a.C.
  • Las Haldas, en la costa (Áncash), hacia 1800 a.C., y
  • Ancón, en la costa (Lima), en 1600 a.C.
Otros logros significativos de esta época son el cultivo del maíz, la construcción de grandes acueductos, el desarrollo de la textilería y de la orfebrería. En el aspecto político surgen las jefaturas o señoríos que concentran el poder.
Sin embargo, la principal característica de este periodo es la aparición de la arquitectura monumental y de gran envergadura. Los centros ceremoniales suelen abarcar áreas más extensas que las de sus antecesoras del periodo arcaico. Los planos de sus templos o santuarios suelen tener la forma de la letra “U” invertida: una construcción central y dos construcciones en los lados laterales, alrededor de plazas circulares o rectangulares.
Las mayores expresiones monumentales que destacaron durante los inicios del Formativo, algunos de los cuales se mantuvieron vigentes en la siguiente fase, fueron:
  • Huaca La Florida, situada en el valle del Rímac (Lima).
  • Cardal, que se ubica en el valle de Lurín (Lima).
  • Las Haldas, cerca de Casma (Áncash), al borde del Océano Pacífico.
  • Pampa de las Llamas-Moxeke, en el valle de Casma. Lo conforman dos monumentos o pirámides: Moxeke y Huaca A (o Huaca de las Llamas).
  • Sechín Alto, en Casma, es un complejo enorme, tal vez el más grande del Formativo, con un templo piramidal de plataformas superpuestas como monumento principal.
  • Cerro Sechín, entre los ríos Sechín y Casma, cerca del anterior, célebre por sus monolitos de sus fachadas, con representaciones en relieve de sacerdotes-guerreros y cuerpos mutilados (hacia 1500 a.C.).
  • Huacaloma, situado en la cuenca del Crisnejo (Cajamarca).



La historia del Perú en sus inicios

La historia del Perú abarca de manera continua más de 13 milenios de años de ocupación humana. Los primeros grupos humanos habrían llegado hacia fines de la glaciación wisconsiense hacia el XIII milenio a. C. como cazadores-recolectores, cuyos descendientes empezaron a desarrollar la horticultura hacia el VIII milenio a. C.. A partir de entonces se dio inicio un escalamiento en la complejidad social y cultural de los pueblos de la región, que dio nacimiento al Antiguo Perú. Hacia el IV milenio a. C., aparecieron en la costa central las primeras sociedades con arquitectura monumental que tejieron una extensa red de comercio vinculando productos de la Amazonía y las costas ecuatorianas. Conformaron la cultura Caral-Supe, desvanecida hacia el 1.800 a. C. mientras daba paso a nuevas poblaciones en la costa al norte y sur, albores del surgimiento de Cupisnique y al posterior fenómeno de Chavín, un importante centro cultural que articuló las sociedades agrícolas de su época hasta el 200 a. C..

La etapa más extensa de la historia peruana es la que precede a la conquista española del siglo XVI. Las evidencias más antiguas de seres humanos en el Perú permiten suponer que el hombre llegó hace unos quince mil años procedente de otros continentes, a finales de la última edad glacial, en el pleistoceno para ser más exactos.
Los primeros peruanos, organizados en bandas y clanes, eran cazadores y recolectores. La caza de camélidos sudamericanos en las zonas alto andinas (especialmente guanacos); y la pesca y recolección de mariscos en la costa del océano Pa


cífico (aprovechando la riqueza biológica de la Corriente de Humboldt) fueron sus principales actividades económicas. También elaboraban herramientas de piedra tallada. Los vestigios más importantes de esa época han sido hallados en los siguientes yacimientos:
  • El Guitarrero I
  • Piquimachay (fase Ayacucho)
  • Chivateros
  • Jayhuamachay I
  • Toquepala
  • Paiján
  • Tres Ventanas
  • Lauricocha.